
Se llamaba Toy 🐾
El peludo de la casa, el motor de paseos, el incansable en juegos, el oyente, el hermano, el amigo…el hijo pequeño de la casa…Toy.
Hace tres semanas que decidimos echarnos una siesta junto@s, tocándonos, sintiéndonos y que cuando despertaras estarías corriendo sin dolores, con tus amigos y comiendo de todo lo que quisieras y que nosotras algún día iríamos y volveríamos a vernos…días a tras te contaba, con ese mimo que te gustaba ,la siesta que haríamos y tú tu caída de ojos me dabas a entender que ya sabías lo íbamos a hacer...eras muy listo e inteligente y me conocías tanto como tu hermana/dueña.
Tu mirada, cuando aún sintiéndote cansado querías ir al parque y ver a tus amigos, comer chuches, nos hablaba y terminabas en el parque y la vuelta a casa cuando ya no querías caminar más la hacías en brazos como un señorito, somos unas privilegiadas de esas tardes, el agradecimiento por tu parte al llegar a casa, sólo lo sabemos nosotras.
Mi peludito, nunca nos habíamos permitido una siesta tan intensa, donde las emociones, las miradas, los olores, eran todo casa…eras tú…nos acariciamos, nos sentimos, nos olfateamos, nos miramos y poco a poco nos fuimos durmiendo, tú dormiste antes…así amamos y así te amamos, porque el secreto de nuestras vidas es aceptarla tal y como viene, los retos, los contratiempos, los regalos, las sonrisas, las lágrimas, las indecisiones…todo un camino de curvas y oleadas, pero siempre con un aprendizaje…ser felices y amar a destajo…
Gracias, mi viejito/niño, por todo lo que nos has dado en estos quince años y recuerda que sólo te dormiste primero que nosotras, cualquier día después de la siesta nos volveremos a encontrar.🙏🏻
